viernes, 21 de abril de 2023

Y HOY TERMINA EL RAMADÁN, JUNTO AL NÍGER

La primera vez que tuve un Corán entre mis manos fue en Ebel es Saqui, Ibl al-Saqi (إبل السقي), en Líbano fue hace muchos, muchos años. Una amiga musulmana, con la que estaba trabajando, me lo regaló. Estaba dentro de una caja de madera con letras doradas. Donde podía leerse: `Al Qurän Al Quarim´, el libro de la recitación.

Ocupa un lugar de honor en casa en primer lugar por las manos que me lo entregaron y por cuanto viví y oí allí cada atardecer, cada madrugada y cada amanecer, cada sura recitada. Fue cerca de Marjayoun, un prado de primaveras, en la Gobernación Nabatieh, en el sur de Líbano.

Han pasado tantos años; y ahora llevo muchos meses aquí, junto al Níger, donde cada atardecer, cada madrugada y cada amanecer escucho las Suras que suenan desde las mezquitas de cada una de las riberas del río de la vida, que llaman a la oración: ¡Creyentes! Cuando os dispongáis a hacer la azalá, lavaos el rostro y los brazos hasta el codo, pasad las manos por la cabeza y lavaos los pies hasta el tobillo. Si estáis en estado de impureza legal, purificaos. (Sura 5)

La azalá es el rezo, es hablar con Alá, como hacemos todos cuando hablamos con Dios; incluso los que hablamos solos esperando, como Machado, poder a hablar con Dios un día. Aquí en Mali hemos vivido junto a nuestros amigos malienses el mes de Ramadán, viendo cómo ni comían ni bebían en las horas de luz, hasta las 18:45 horas en que rompían el ayuno.

Pasada la Cuaresma comenzó el Ramadán (29 días), y hoy, que ha finalizado, todos se aprestan a celebrarlo, se visten con trajes que llenan de colores el aire, se les ve de un lugar a otro, llevan cestas y bolsas con comida de celebración en sus manos; y viven la fiesta diciendo a todos: «¡Sambé, sambé!».

Según me cuenta Adama, con quien quedo a hablar un par de días a la semana, no es fácil tampoco para ellos vivir donde el extremismo respira de mala manera y me habla de que la religión es una forma de vivir en armonía con nosotros mismos y en la sociedad, cuando el principal precepto es hacer el bien y evitar el mal; y que todos tenemos que aceptar la diferencia. 

Y escribe Mandela que la belleza de un tapiz depende de la diversidad de sus colores, y que el arco iris del cielo es la nación.

Adama habla de la rigidez de la lectura o su contrario, que son las interpretaciones que siempre viven en el presente, sin tener en cuenta que fueron un muy diferente pasado y que serán un distinto futuro.

Cuando los ángeles dijeron: «¡María!, Alá te anuncia la buena nueva de una Palabra que procede de Él. Su nombre es el Ungido, Jesús, hijo de María, considerado en la vida de acá y en la otra y será de los allegados. Hablará a la gente en la cuna y de adulto, y será de los justos». (Sura 3) 

Dijo ella: «¡Señor! ¿Cómo puedo tener un hijo, si no me ha tocado mortal?» Dijo: «Así será. Alá crea lo que Él quiere. Cuando decide algo, le dice tan sólo: "¡Sé!" y es. Él le enseñara la Escritura, la Sabiduría, la Tora y el Evangelio». (Sura 3).

Cómo no iba a tener entre mis manos un Corán en bambara y en árabe: «Ni Ala tɔgɔ ye hinɛ Masa ni Masa hinɛbaga». Este Corán también volará a España junto a la Biblia, también en bambara, que me regaló la hermana Cristina en Bamako.

                                        




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