domingo, 22 de septiembre de 2024

Y ME LLENÉ DE «MALINCHE»


 Mi colaboración literaria en la radio siempre me depara alguna sorpresa inesperada; y, claro, sin mediar siquiera una estocada, rápidamente me apunto a cualquier aventura.

Como compañero y colaborador de IVAN Radio fui invitado a la Feria de Madrid (IFEMA) donde Iván andaba trabajando con su música, la radio, las campers y las autocaravanas. Ahí, también hay literatura; por eso, su radio, yo la lleno un poquito con esas viajeras historias literarias que siempre sorprenden porque relatan lo que la verdad esconde.

Después de pasar la tarde en la exposición charlando de radio, música, literatura, viajes y campers hambrientas de kilómetros, fuimos invitados por Javier Adrados, que trabaja en labores de producción y de apellido de sabio griego a quien estudié mucho allá por el siglo pasado, a ver el musical Malinche. Y fuimos sin piedad a la gran pirámide de los sueños mexicas.

Conforme entraba en esa gran superproducción musical me puse a recordar, me ayudó un poco la memoria, mi primer contacto con Hernán Cortés. No tendría yo más de doce o trece años cuando leí una biografía que andaba en las estanterías de casa, allí sigue, y que mi padre había comprado en Círculo de Lectores.

Su autor era László Passuth. Así, que en plena adolescencia, descubrí a un joven Cortés que en Salamanca andaba huyendo por los balcones de maridos indefensos, que luego fue encomendero en Cuba, que hizo fortuna en la isla caribeña vendiendo carne y ganado, pensando que allí daba más dinero que el oro; y que pronto pudo financiar una expedición al continente; puente de plata que le ofreció el gobernador Velázquez.

Y en esas páginas vi por primera vez a Malinalli, que no Malinche, vendida por su padrastro, violada, esclava de las esclavas, traicionada por todos; pero con el mayor don que pueden entregar los dioses: el don de la lengua, ser la voz de Cortés, ser la voz del mestizaje, ser la voz del futuro. Y ahora la llaman traidora. Traidora a su pueblo. Passuth no nombra a Malinche nunca con ese nombre, sino Malinalli. Es a Hernán Cortés al que se le llama Malinche. En el futuro los nombres de ambos se confundirán.

Entre sus contemporáneos ella era llamada Malinalli, no Malinche. Con su bautismo los españoles la llamaron Marina; y tuvo tanta importancia en la conquista del imperio Azteca que acabó siendo Doña Marina. Cortés, aun teniendo hijos con ella, nunca la menciona en sus cartas. Pero sí, y mucho, Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España.

Existen varias versiones sobre su nombre. Los indios siguieron llamándola Malinalli y a Cortés, el señor de Malinalli, Malinalitzin; y los españoles el -Tzin lo cambiaron a -che; así que Hernán Cortés fue el Malinche. Me alegra mucho esta versión filológica, hay otras, porque eso significa que la mujer es la creadora de toda estirpe, por mucho que los varones a lo largo de la Historia hayan querido silenciarla. En todos los lugares del mundo y en todos los tiempos siempre ha sido así. Con El Dios de la lluvia llora sobre México, me enamoré por primera vez de Malinalli, que el futuro la llamaron la Malinche.

Pasados muchos años y en una de mis visitas al salir del Cuartel General del Ejército a la librería Antonio Machado, entonces situada en la calle Fernando VI de Madrid, me hice con un volumen de la poeta nicaragüense Claribel Alegría, si es que la literatura de aquellas tierras es inconmensurable. Y me aprendí de memoria un poema suyo dedicado a La Malinche. A la también inconmensurable "traidora" al pueblo mexicano:

Estoy aquí
en el banquillo de los acusados
dicen que soy traidora.
¿A quién he traicionado?

Era una niña aún
cuando mi padre
es decir
mi padrastro
temiendo que su hijo
no heredara las tierras
que a mí correspondían
me condujo hacia el sur
y me entregó a extraños
que no hablaban mi lengua.

Terminé de crecer en esta tribu
les servía de esclava
y llegaron los blancos
y me entregaron a los blancos.
¿Qué significa para ustedes
la palabra traición?
¿Acaso no fui yo la traicionada?
¿Quién de los míos vino a mi defensa
cuando el primer blanco me violó
cuando fui obligada
a besar su falo
de rodillas
cuando sentí mi cuerpo desgarrarse
y junto a él mi alma?

Fidelidad me exigen
ni siquiera conmigo
he podido ser fiel.
Antes de florecer
se me secó el amor
es un niño en mi vientre
que nunca vio la luz.

¿Qué traicioné a mi patria?
Mi patria son los míos
y me entregaron ellos.
¿A quién rendirle cuentas?
¿A quién?
decidme,
¿a quién?

Ya ven, con Claribel Alegría volví a enamorarme otra vez de Malinalli y la vi más grande todavía.

Y ayer, por obra y gracia de radios imposibles, amigos con camiones y campers que surcan el mundo y productores de musicales enormes, volví a enamorarme de la Malinche, que para mí siempre será Malinalli. Mil gracias a quienes lo hicieron posible.

También Moctezuma fue un incomprendido, pero de eso hablaremos otro día. Ahora, vayan a ver el musical Malinche; merece la pena.









1 comentario:

  1. injusta detencion de don nacho cano (mecano), por orden del marlaskista alberto carba.....

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